Seguramente, cuando has leído el título has pensado que sí, que quieres vivir en serio. Pero quizá tienes que reconocer, también, que muchas veces te dispersas, te descentras, te engañas, te desinteresas, te olvidas. Precisamente cuando quieres vivir en serio es cuando empiezas a mirar con verdad. Y cuando miramos con verdad, vemos muchas cosas.
Hoy vengo a hablarte de los Ejercicios Espirituales.Una propuesta para los que quieren vivir en serio.
Seguro que tienes ideas acerca de esto: de cuando se hacían en tus tiempos, y los recuerdas opresivos. O que es para los que tienen mucho tiempo y no es tu caso. O que no hace falta pararse tanto para conocerse, ni para hablar con Dios. Que ya sabemos lo que hay que hacer. Que no son para mí porque el silencio me da miedo, y además no todos vamos por el mismo camino.
Permíteme que te diga que todas ellas son respuestas superficiales. A todos los humanos nos hace falta pararnos si queremos vivir en serio. Solo el silencio nos permite escuchar a Dios, que es quien sabe de nuestra vida. Solo tomando distancia puedo ver en verdad mi vida, y el formato de nuestras vidas no permite esa distancia.
Si no te va un formato, prueba otro. Hay muchos. Si quieres vivir en serio, plantéate esta propuesta que es para los que quieren vivir en serio.
Si crees que Dios está presente en la vida y es quien sabe cómo se vive, lo normal es pararte a preguntarle.
Si quieres que tu vida llegue a ser lo que ves en Jesús, no basta con leer de prisa el evangelio de la mañana, sino que hará falta contemplar ese modo suyo de vivir para que se imprima en el tuyo.
Si no sabes vivir al modo de Dios, habrá que trabajarse la relación con el Espíritu para poder llegar a que esa sea la relación en que te fundamentas.
Si amas, o quieres llegar a amar a Jesús y vivir con él en la vida, habrá que empezar por priorizar tiempos con él.
Si te tomas en serio que el Padre te ha llamado hija, o hijo, para algo. Que ha hecho presente a Jesús en nuestro mundo para que sepamos de qué va la vida humana y nos ha dejado su Espíritu para hacer posible que vivamos una vida así, da tiempo a Dios. Deja que tu vida se vaya tejiendo al ritmo de lo que Dios dice y hace en ella.
En este mundo hecho de prisas, a menudo no nos damos siquiera cuenta de que nos descentramos, que nos desnortamos y perdemos el sentido de aquellas cosas que nos parecieron importantes. Los Ejercicios, a través del silencio y la escucha de Jesús, permiten que las cosas vuelvan a ser como tenían que ser. Y es que cuando Dios está en su lugar, todo se coloca en su lugar, y la vida vuelve a discurrir por sus cauces.
Si vas en serio, piénsate lo de los Ejercicios. Se organizan muchísimos, adaptados a todas las personas y a todas las situaciones, y se proponen más en verano porque con las vacaciones podemos hacer cualquier cosa que nos dé vida y esto, ya lo ves, da mucha vida. Tenemos el estereotipo de “vacaciones para desconectar” (un formato, por cierto, que no descansa como esperábamos, y eso que únicamente pretendías hacer eso), pero hay muchos modos de plantearse las vacaciones, y sobre todo, hay muchos modos de que las vacaciones sean, también, un tiempo a nuestro favor.
A la vuelta no habrás cambiado. Es una experiencia profunda y transformadora, pero no es magia. Pero sí sabrás qué estás llamado a vivir, y si cuidas la experiencia y pones los medios necesarios, tu vida irá cambiando desde las certezas, desde la claridad con que se ven las cosas en los Ejercicios.
Una experiencia personalísima y única que toma muchas formas. Aquí te dejo un enlace para que veas cuáles te pueden encajar más.
Imagen: Daniele Levis Pelusi, Unsplash