RETIRO CUARESMA
“En la cruz está la vida
y el consuelo y ella sola es el camino para el cielo.
En la cruz está el Señor de cielo y tierra
y el gozar da mucha paz, aunque haya guerra.
Todos los males destierra de este suelo
y ella sola es el camino para el cielo.
Es una oliva preciosa la santa cruz,
que con su aceite nos unta y nos da luz.
Alma mía, toma la cruz con gran consuelo.
Que ella sola es el camino para el cielo”.
Santa Teresa de Jesús
EN ORDEN CRONOLÓGICO
Aquí tienes el texto de la mañana, para que te ayude a rezar…
Somos nosotros los circuncidados, los que servimos a Dios en espíritu, ponemos en el Mesías nuestra gloria y no nos apoyamos en méritos corporales. Y eso que, en lo que a mí respecta, tendría motivos para confiar en mis títulos humanos. Nadie puede hacerlo con más razón que yo. Circuncidado el octavo día, israelita de raza, de la tribu de Benjamín, hebreo hijo de hebreos; respecto a la ley fariseo, celoso perseguidor de la Iglesia; en lo que toca a la justicia legal, irreprochable.
Pero lo que entonces consideraba una ganancia, ahora lo considero basura por amor a Cristo. Es más, pienso incluso que nada vale la pena si se compara con el conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él he sacrificado todas las cosas, y todo lo tengo por basura y lo doy todo por perdido con tal de ganar a Cristo y vivir unido a él con una salvación que no procede de la ley, sino de la fe en Cristo, una salvación que viene de Dios a través de la fe. De esta manera conoceré a Cristo y experimentaré el poder de su resurrección y compartiré sus padecimientos y moriré su muerte, a ver si alcanzo así la resurrección de entre los muertos.
No pretendo decir que haya alcanzado la meta o conseguido la perfección, pero me esfuerzo a ver si la conquisto, por cuanto yo mismo he sido conquistado por Cristo Jesús. Yo, hermanos, no me hago ilusiones de haber alcanzado la meta; pero, eso sí, olvidando lo que he dejado atrás, me lanzo de lleno a la consecución de lo que está delante y corro hacia la meta, hacia el premio al que Dios me llama desde lo alto por medio de Cristo Jesús. Flp 3, 3-14
Aquí colgaremos el texto de la tarde
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En esta tarde, Cristo del Calvario
En esta tarde, Cristo del Calvario, vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta.
Amén.
Gabriela Mistral