De este tercer grado de oración, y de la forma de vida a que da lugar, dice Teresa que “Es muy para levantar el espíritu en alabanzas de Dios y para gran consuelo de quien llegare aquí”.
Hay muchas más cosas en este capítulo que podíamos haber comentado… a medida que la intensidad de relación sube, la vida se hace más bella, más profunda, más intensa… infinitamente más rica que lo que el ojo puede ver y el oído, oír!
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