Lectura del libro del Eclesiástico 24, 1-2. 8-12
Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20 R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-6. 15-18
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 1-18
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¿No te llama la atención cómo comienza su evangelio Juan? “Al principio era la Palabra…” Yo me he estado preguntando a dónde nos quería conducir Juan con este comienzo, hacia dónde quería orientar nuestra mirada. Lo primero que constataba, al hacerlo, es la experiencia de reconocer que todo dice. Los acontecimientos nos dicen, nuestra conciencia en nuestro interior también nos dice, la naturaleza nos dice… Todo habla. Vivimos inmersos en una realidad que se manifiesta y que “dice”. Si las cosas no nos dijeran ¿habría entonces canciones, poesías, relatos, ciencia, religiones…? Los seres humanos nos vemos interpelados e intrigados por un mundo que podemos conocer. En el camino de ese conocer deseamos también dar con el “principio”, es decir, con algo que lo contenga todo y nos permita dar con la clave de todo lo real. Los primeros filósofos griegos ya se lo preguntaron (el “arje” lo llamaron) y la ciencia lo hace elaborando teorías como la del Big-Bang. La llamada a dar con el principio (no solo entendido como el origen de todo, sino también como aquello en el que todo se fundamenta) nos sirve como suelo y base para acceder a aquel lugar al que Juan nos quiere llevar.
Y Juan nos adentra en otro mundo, que no es ajeno al real, sino que ha alcanzado la profundidad más radical a la que se puede llegar. Un mundo, en el que se entra gracias a una luz especial, la fe. No sé cuánta fe tendrás (tampoco es algo que se pueda medir la verdad), pero si te dejas tocar por la fe, irás reconociendo (como lo hace en el evangelio de este domingo Juan el Bautista quien vive de la luz que es la fe y por eso “ve” a Jesús en lo que Jesús ES), que lo que anima y está detrás de todo, dando origen y fundamento, no es un elemento constituyente al modo de los griegos ni una energía implosiva como lo sería el Bing-Bang, sino Alguien. Alguien que es Palabra, Jesús. Y esta Palabra, Juan nos lo aclara, es Dios, para que nos quede bien claro ante que realidad estamos. Y que no es que los acontecimientos, la conciencia, mi corazón, la naturaleza diga, sino que a través de todo, Jesús me dice. Tener a Jesús como la Palabra es un camino vital en el que, iré descubriendo, por experiencia como se conocen de verdad las cosas, que su palabra tiene primacía sobre otras palabras. Veré que es sabiduría en la que encuentro descanso y que tiene sabor a eternidad, como nos dice la primera lectura del libro del Eclesiástico. Una palabra a través de la cual soy bendecido y que tiene en mí el propósito de hacerme al modo de Dios (“para que fuésemos santos e intachables ante él por amor” como nos lo manifiesta Pablo en la Carta a los Efesios, ¡menudo horizonte!) y que se traduce en una vida nueva, que se revela como luz frente a las tinieblas y el que así vive, nos proclama Juan “no ha nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que ha nacido de Dios”.
Palabras grandes, inmensas, que Dios mismo nos dirige y propias de este tiempo exultante de Navidad en el que estamos, pero si algo nos quiere mostrar la fiesta de la Navidad es que en lo concreto, en lo cotidiano es dónde esto tan grande se va a ir realizando. Lo espiritual no es algo irreal, sino la realidad vivida en su mayor hondura. Esta Palabra está viva y desea hacerse vida en nosotros. Si la desechas por grande o increíble, te la vas a perder. Si le das crédito y se va convirtiendo en el aire de cada día, te irá haciendo suyo.
¡Qué buena ocasión sería para este tiempo de Navidad si nuestra vida reconociese a Jesús como nuestra Palabra, aquella que atendemos y secundamos, aquella que nos posibilita como ninguna otra palabra y aquella que le da paso en el mundo!
¡Feliz Navidad!
Imagen: Marta Ulinska
Muchas gracias Fran, que regalo de comentario nos haces! Que nos dejemos decir por Jesús, que es Palabra. Feliz comienzo de Año
Abrazo
Buenos dias Fran,
Muy chulo tu comentario y lleno de verdad. Que el Señor nos conduzca por los caminos que tiene pensados para nosotros. Feliz año lleno de vida con Jesús.
Un abrazo
“Esta Palabra está viva y desea hacerse vida en nosotros. Si le das crédito y se va convirtiendo en el aire de cada día, ¡TE IRA HACIENDO SUYO!” ¡Asi sea!.
Gracias Fran
Espectacular. Me ha encantado oírte/leerte, Fran. Tu comentario me ha llegado mucho, muchísimo. Muy claro, muy verdad, muy profundo. El enfoque sobre el “Principio” ha sido una novedad para mí y me ha abierto más. Muchas gracias por compartirlo.
¡Qué buen regalo tu comentario para comenzar el año! muchas gracias Fran… que nos dejemos conducir por la Palabra en este nuevo año. Un abrazo grande
¡Gracias, Fran y gracias Teresa por compartir tanto en este blog! Un deseo para el próximo año: que nuestros sentidos se afinen y despierten ante la Palabra, reflejada en lo pequeño, en el día a día. Un gran abrazo.
¡Gracias, Fran, por compartir con tanta hondura los ecos que la Palabra provoca en ti! Me invita a dejarme decir por Jesús, por su ser palabra verdadera, amorosa. ¡Y me ha encantado escuchar la grabación, una forma más concreta de dar “cuerpo” a la experiencia que te habita! Gracias, Fran.
Qué regalo,
gracias Fran, por avivar en nosotras ese anhelo de secundar a Jesús,Palabra, y dejarnos hacer
gracias por compartir,maria
Gracias por tu comentario, gracias por compartir lo que Jesús te dice a través de las lecturas, a través de la Palabra.
Me quedo con esta frase:
“Y que no es que los acontecimientos, la conciencia, mi corazón, la naturaleza diga, sino que a través de todo, Jesús me dice.”
Quiero salir a la calle mirando desde ahí.
¡¡¡Muchísimas gracias, Fran!!! Es un comentario precioso, ¡cuánto ayuda!
Me resuena lo que nos dices de que es en lo concreto donde eso tan grande se realiza si le damos crédito, si dejamos que sea nuestro aire de cada día… Que seamos fieles, que así lo hagamos.
Un abrazo grande. ¡Muchísimas gracias!
Que bueno Fran. Muchas gracias. Desde el principio había Alguien, Palabra que vive hoy y siempre y que nos habla en lo cotidiano y nos da vida. Feliz año a los dos.