En estas entradas leeremos el capítulo 19 del evangelio de Lucas. De las muchas cosas que podemos aprender en cada uno de los textos, hay una que es esencial: escuchar esta palabra como Buena Noticia que es, de manera que ilumine y configure nuestra vida al modo de Dios.
En esta entrada y en las que siguen, leeremos la Palabra así, como Buena Noticia.
Estando la gente escuchando estas cosas, añadió una parábola, pues estaba él cerca de Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro. Dijo pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: “Negociad hasta que vuelva.” Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: “No queremos que ése reine sobre nosotros.” «Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: “Señor, tu mina ha producido diez minas.”
Le respondió: “¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades.” Vino el segundo y dijo: “Tu mina, Señor, ha producido cinco minas.” Dijo a éste: “Ponte tú también al mando de cinco ciudades.” «Vino el otro y dijo: “Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste.” Dícele: “Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses.” Y dijo a los presentes: “Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas.”
Dijéronle: “Señor, tiene ya diez minas.” – “Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.” «”Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí.”» Lc 19, 11-27
También este evangelio es Buena Noticia. Habla, en primer lugar, de que Dios nos ha creado y de que Dios es nuestro Rey, que viene a reinar en nuestra vida. Sin embargo, a menudo vemos que en nosotros hay un increyente que dice “no quiero que Dios reine sobre mi vida, sobre nuestra vida”, lo que hace que nos resistamos a él como estos ciudadanos de la parábola.
Dios es Amor, lo es Todo. Sin embargo, por distintos motivos nos descubrimos con resistencias, e incluso con franco rechazo a Dios, como sucede en esta parábola. Vivir con Dios es para nosotros la vida, y el rechazo a él es, como se dice al final, la muerte. Dios es Dios, Dios reina, y reina amorosamente. Esta es la verdad si te gusta como si no, si quieres que sea rey como si quieres que no venga a reinar.
Se nos dice también en la parábola que todos nosotros hemos recibido de Dios muchos dones, y los hemos recibido para vivir nuestra vida en respuesta a Dios. Este regalo inmenso que es haber recibido tantos dones de Dios para jugar la aventura de nuestra vida no es para angustiarse y desconfiar de Dios como dice el que tenía un solo don, sino para atreverse a poner en juego los diez, o los cinco, o los dos dones (o minas, o talentos) de manera que hagas que esos dones magníficos hagan el mundo, la vida de los demás y tu propia vida un poco más hermosa, o un poco más fecunda.
Nosotros tenemos la idea que tenemos acerca de los dones que hemos recibido, y puede que tengamos también una idea acerca de Dios, como decíamos antes. Pero la verdad, que es Buena Noticia, es que Dios lo ha hecho todo: son de Dios esos dones que hemos recibido, y es Dios quien, cuando hemos puesto en juego los dones recibidos, se alegra y nos premia inmensamente por haber hecho lo poco que teníamos que hacer. Esto también es Buena Noticia, ¡que Dios sea así!
Y es Buena Noticia, porque nosotros importamos, porque sus dones importan y nuestra vida recibida de él importa, que recibimos castigo cuando nos hemos cerrado a nuestro Dios, a los dones que nos dio, a la vida que se nos ofrecía para vivir poniendo en juego esos dones.
Es Buena Noticia que hoy se proclame para nosotras, para nosotros esta parábola que tiene potencia para abrirnos a Dios, y a la Vida que él nos ha ofrecido.
Pedimos al Espíritu que ilumine y transforme nuestras vidas, en favor de muchos, a la luz de lo que la Palabra que Dios viene a mostrarnos. Que la lectura de esta Buena Noticia te ayude a reconocerla en otros textos también.
Imagen: Jon Tyson, Unsplash