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Una Buena Noticia (III)

En estas entradas leeremos el capítulo 19 del evangelio de Lucas. De las muchas cosas que podemos aprender en cada uno de los textos, hay una que es esencial: escuchar esta palabra como Buena Noticia que es, de manera que ilumine y configure nuestra vida al modo de Dios.

En esta entrada y en las que siguen, leeremos la Palabra así, como Buena Noticia.

Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén. Y sucedió que, al aproximarse a Betfagé y Betania, al pie del monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciendo: «Id al pueblo que está enfrente y, entrando en él, encontraréis un pollino atado, sobre el que no ha montado todavía ningún hombre; desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: “¿Por qué lo desatáis?”, diréis esto: “Porque el Señor lo necesita.”»

Fueron, pues, los enviados y lo encontraron como les había dicho. Cuando desataban el pollino, les dijeron los dueños: «¿Por qué desatáis el pollino?» Ellos les contestaron: «Porque el Señor lo necesita.» Y lo trajeron donde Jesús; y echando sus mantos sobre el pollino, hicieron montar a Jesús.

Mientras él avanzaba, extendían sus mantos por el camino.

Cerca ya de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, llenos de alegría, se pusieron a alabar a Dios a grandes voces, por todos los milagros que habían visto. Decían: «Bendito el Rey que viene en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en las alturas.»

Algunos de los fariseos, que estaban entre la gente, le dijeron: «Maestro, reprende a tus discípulos.» Respondió: «Os digo que si éstos callan gritarán las piedras.» Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita.»

Entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían, diciéndoles: «Está escrito: Mi Casa será Casa de oración. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!»

Enseñaba todos los días en el Templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y también los notables del pueblo buscaban matarle, pero no encontraban qué podrían hacer, porque todo el pueblo le oía pendiente de sus labios. Lc 19, 28-48

Aquí vemos a Jesús, al pie del monte de los Olivos, preparando lo que va a suceder a continuación. Dios es el Señor del mundo y -esto es muy Buena Noticia- y aquí está organizando lo que va a suceder a continuación.

Lo que se nos va a presentar, lo que se nos va a hacer visible es una humanidad que está sometida a Dios: tanto los discípulos, que se fían de Jesús y hacen lo que dice, como los dueños del pollino, como el gozo al valerse de las cosas en favor de Dios, nos muestran cómo es la vida cuando la vivimos dejándonos conducir por el Espíritu. Esto es Buena Noticia.

Jesús, el Hijo de Dios, está preparando su entrada en Jerusalén como Rey. La prepara él mismo, a su modo, con sus recursos. Recursos que tienen que ver con la pequeñez, como en este pollino, con la buena voluntad nuestra, como en los dueños del pollino, con la obediencia y el amor de los discípulos, que se dejan conducir y que se entregan gozosamente a la alabanza del Señor. Su voz, sus mantos, su vida quieren proclamar a Dios, y esto es Buena Noticia: que Dios es Rey, y que nosotros podamos alabarlo, celebrarlo, ver, aunque sea por poco tiempo, de que su vida toda, con todo este gozo, alaban a Dios a grandes voces.

Junto a toda esta luz aparece la oscuridad de quienes, aborreciendo a Jesús, quieren acallar la glorificación de Dios que ellos proclaman. Es Buena Noticia que Jesús “nos saca la cara” ante quienes quieren asfixiar la vida y no saben reconocer a Dios en ella. Es Buena Noticia que se alegra con nuestra alegría que celebra al Padre (después de que ha sido el mismo Espíritu de Dios el que nos ha permitido ver).

Junto al gozo que se proclama, está este rechazo radical de los fariseos, como acabamos de ver. En ellos, Jesús está viendo el rechazo de todo Jerusalén, que no ha reconocido a Dios que ha venido a visitarla y tendrá por ello un futuro de muerte, como siempre que rechazamos a Dios. Es Buena Noticia que Dios viene a visitarnos, a traernos su palabra, y sobre todo, que se entregará por nosotros, por amor.

Pedimos al Espíritu que ilumine y transforme nuestras vidas, en favor de muchos, a la luz de lo que la Palabra que Dios viene a mostrarnos. Que la lectura de esta Buena Noticia te ayude a reconocerla en otros textos también.

Imagen: Nico Smit, Unsplash

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