En estas entradas leeremos el capítulo 21 del evangelio de Lucas. De las muchas cosas que podemos aprender en cada uno de los textos, hay una que es esencial: escuchar esta palabra como Buena Noticia que es, de manera que ilumine y configure nuestra vida al modo de Dios.
En esta entrada y en las que siguen, leeremos la Palabra así, como Buena Noticia.
Y les añadió una parábola:
—Observad la higuera y los demás árboles: cuando echan brotes, sabéis sin más que el verano está cerca. Igual vosotros, cuando veáis que sucede eso, sabed que se acerca el reinado de Dios. Os aseguro que no pasará esta generación antes de que suceda todo eso. Cielo y tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
Poned atención, que no se os embote la mente con el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, de modo que aquel día no os sorprenda de repente, pues caerá como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Velad en todo momento, pidiendo poder escapar de cuanto va a suceder y presentaros ante el Hijo del Hombre. De día enseñaba en el templo; de noche salía y se quedaba en el monte de los Olivos. Y todo el pueblo madrugaba para escucharlo en el templo. Lc 21, 29-38
Como estamos viendo a lo largo de este capítulo 21 que hoy finalizamos, Jesús nos muestra cómo todos los males y los sufrimientos de nuestro mundo, todas aquellas situaciones que vemos como destrucción y muerte son ocasión para volvernos a la fe en Dios, que nos interpela y al que podemos reconocer a través de todas ellas.
La parábola de la higuera con la que Jesús cierra estas enseñanzas subraya esta necesidad de atender a los signos. En cada generación, una tras otra desde el principio, han sucedido estos signos terribles de los que ya nos ha hablado. Jesús nos advierte de ver estos signos como lo que son, signos, y signos que se pasan: todo se pasa, menos mis palabras, las que hoy pronuncia para enseñarnos para vivir.
Nos advierte asimismo de por dónde podemos equivocarnos: el vicio, la embriaguez, las preocupaciones son actitudes que nos separan de acoger esta Buena Noticia llena de esperanza.
Se nos dice también que, así como podemos distraernos y así desviarnos de lo que hemos escuchado, el pueblo escuchaba, madrugando, esta Buena Noticia que Jesús, vinculado al Padre, ha escuchado y nos ha transmitido. Que acojamos y vivamos esta Buena Noticia que viene de Dios.
Pedimos al Espíritu que ilumine y transforme nuestras vidas, en favor de muchos, a la luz de lo que la Palabra que Dios viene a mostrarnos. Que la lectura de esta Buena Noticia te ayude a reconocerla en otros textos también.
Imagen: Fahmi Fakhrudin, Unsplash
