fbpx

Mirada de Jesús (II)

Y yo os digo: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán, pues quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide pan, le da una piedra? O, si le pide pescado, ¿le dará en vez de pescado una culebra? O, si pide un huevo, ¿le dará un escorpión? Pues si vosotros, con lo malos que sois, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan! Lc 11, 9-13

Como venimos haciendo, vamos a mirar este texto desde la mirada de Jesús.

La semana pasada Jesús nos hablaba de la oración, y hoy sigue con este tema, y lo hace a partir de una situación de la vida. Con ello, nos enseña, a partir de las situaciones de la vida, no solo aquello que nos quiere enseñar, sino también en qué se parece el Padre a nosotros, y en qué se diferencia de nosotros: como los padres que conocemos, que generalmente responden a sus hijos que confían en ellos, así también Papadiós responde a lo que le pedimos. A diferencia de los padres que somos -que hacemos bien a los hijos pero somos malos-, Papadiós es bueno con todos.

¿En qué se nota que es bueno con todos? En que nosotros hacemos bien a nuestros hijos, y no siempre, y/o solo con nuestros hijos y no con los demás. En cambio, Papadiós es bueno con todos, y no solo nos escucha y nos responde a su tiempo, sino que se da a sí mismo, como comprendemos al decirnos que dará el Espíritu Santo.

Empezaba el texto diciéndonos: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán. En clave de mirada, aquí se nos dice que somos personas necesitadas. Desde la mirada de Jesús, esto nos lleva a preguntarnos si nos vemos como personas necesitadas, para abrirnos a ello. Desde la mirada de Dios, se nos llama a vernos como personas que piden, que buscan, que llaman porque confían… con todo esto, se nos dice que nuestra verdad es Dios, sino que se nos llama a vivir desde esta mirada de Dios que nos dice cómo vivir.

También se nos dice, en clave de mirada de Dios, que así como los padres dan a sus hijos lo que les conviene, así Papadiós con todos, con todas, con cada uno. Y no lo hacen en el momento en que los hijos lo piden, sino cuando es oportuno, y así también Papadiós. Y no solo nos da cosas, algunas que le pedimos y muchísimas que no le pedimos, sino que se da a sí mismo al darnos el Espíritu Santo, para que esté con nosotros en cada situación de la vida.

Ojalá que la oración con este texto imprima en ti, un poquito más, la mirada de Dios.

Imagen: Nathan Dumlao, Unsplash

Deja aquí tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Al enviar aceptas la política de privacidad. Los datos que proporciones al enviar tu comentario, serán tratados conforme la normativa vigente de Protección de Datos y gestionados en un fichero privado por Teresa Iribarnegaray, propietario del fichero. La finalidad de la recogida de los datos, es para responder únicamente y exclusivamente a tu comentario. En ningún caso tus datos serán cedidos a terceras personas. Consulta más información en mi Política de Privacidad.