Igual lo sabes. Igual no. Son un tiempo en que paramos todo y dejamos que Dios diga su Palabra sobre nuestra vida. Nosotros decimos muchas palabras a lo largo del año, o dejamos que otros las digan, o nos creemos las que cualquiera viene a decir… en los Ejercicios Espirituales nos ejercitamos en escuchar a Dios para que sea Él mismo quien nos diga por dónde va nuestra vida. Si está yendo en buena dirección, si puede abrirse o centrarse más; si estamos desnortados y la vida que vivimos se parece poco, o mucho, a la muerte.
Ignacio de Loyola, que ha recreado de modo excelente esta práctica de los Ejercicios Espirituales y la ha puesto al alcance de todos, dice que “los Ejercicios son todo lo mejor que yo en esta vida puedo pensar, sentir y entender, así para el hombre poderse aprovechar a sí mismo, como para poder fructificar, ayudar y aprovechar a otros muchos.”[1]
Si lo que quieres en la vida es encontrar para qué estás en ella, tanto a la hora de vivir en primera persona tu relación con Dios como para ayudar a otros, a muchos, proponte hacer Ejercicios. Los jesuitas, y seguramente tendrás algunos cerca, ofrecen esta posibilidad de mil maneras: por fines de semana, por semanas completas o un mes entero; en modalidad grupal o personalizados. Estos días de puente pueden ser una ocasión estupenda para hacer esta experiencia, que te recomiendo que incorpores a tu práctica anual de relación con Dios.
En mientrasnotengamosrostro también ofrecemos la posibilidad de hacer Ejercicios una vez al año, en verano. Si quieres recibir la información, aquí tienes el enlace. Estos tienen un enfoque más centrado en la lectura existencial que hacemos en mientrasnotengamosrostro, mientras que los Ejercicios de san Ignacio son lo que solemos conocer como Ejercicios “ignacianos”. La inspiración es en todos la misma: que la persona se encuentre con Dios y que, a partir de ahí, la vida se le abra más allá de sí, a partir de la relación con Dios que es el vínculo que nos fundamenta.
Todos los seres humanos hemos sido creados por Dios, y por eso, habita en cada una, en cada uno de nosotros un anhelo de trascendencia. A veces está dormido o ahogado, pero en algún momento, quizá en el más inesperado, aparecerá, y te irá la vida en darle espacio en tu vida. Y si ya alienta en ti ese deseo, esa sed de Dios, da espacio a esa sed, que colmará tu vida de abundancia.
Recuerdo que una persona que hace ejercicios cada año me contaba que, al contarle a un tío suyo esta práctica suya de exponerse a Dios cada año, este le dijo: “¡Pues tienes que ser muy rebelde si hace falta que vuelvas una y otra vez a lo mismo!”[2]. Y es que a los Ejercicios vas a muchas cosas. Primero vas a ver lo que habitualmente no ves, y que solo en esa escucha humilde se te ilumina; también vas a discernir qué quiere Dios de ti, en lo que se refiere a las grandes elecciones o respecto de otras más pequeñas; y vas para lo más grande de la vida: para descansar en él, para amarle y estar con él. Cuanto más amas a Dios, más gratuita es la relación con él, y más libre el tiempo que estamos con él, pues cuanto más amamos, más dispuestos estamos a que sea Dios quien lleve la iniciativa, y más liberados para servirle del modo que Él disponga.
En resumen: los Ejercicios son momentos significativos y radicales de una historia de amor que implica la vida entera.
Ojalá te animes, sino lo conoces. Ojalá te impliques con más ardor, si los conoces.
Te dejo una canción que, aunque se puede aplicar a muchas situaciones, a mí me parece que describe muy bien los que pasa en los Ejercicios: “Un lugar llamado gracia”. Puedes escucharla aquí.
[1]Ignacio de Loyola, Monumenta Ignatiana, v. 1, p. 113
[2] El tío de esta chica tiene una idea pobre de Dios y de las personas si piensa que Dios es Alguien que intenta someternos y nosotros rebeldes o resistentes. Es verdad que hace falta que veamos lo que no vemos, ¡pero la verdad es tan otra que el que dice quien ve las cosas así!
Imagen: Vero Photoart, Unsplash
Bendiciones mujer Guerrera de Dios .
Me encantaria entrar en esa esperiencia con Dios….🙏
No sabes cuan agradecida estoy con Dios por habermela presentado a usted..
Ojalá podamos participar de esa experiencia juntas, Noris. Mientras, seguimos siendo guerreras de Dios.
Un abrazo, Noris
Yo animo a esta experiencia personal de relación con Dios. Te orientas a Dios para que El haga en ti. No es complicado, hay quien te guia. Requiere silencio. Aparcar ruidos .Porque en silencio resuena mejor el evangelio. Porque estar en silencio y a la vez unida a otras personas en ese encuentro es amoroso y vitalizante.