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Domingo de Resurrección. Año C

(habla el Padre)

Sabes que te lo concedo todo, Hijo mío, que tu voluntad es mi voluntad. Me pedías, antes de morir, que se realizara Nuestro proyecto amoroso: Que todos sean uno, que los seres humanos vivan unidos a nosotros como Nosotros vivimos unidos. Ese ha sido nuestro deseo desde el principio, y ahora ha sido realizado: Yo te he enviado a ellos, te has entregado hasta el fin, has sido rescatado por Elohim. Todo lo hemos hecho unidos, porque somos Uno.

Ahora, ellos pueden vivir unidos a nosotros por la fe en ti, que te has hecho uno de ellos para siempre. Por la fe en Ti, que Elohim les inspira, se abren a la relación contigo, a la relación conmigo. Por la fe en ti, empiezan a vivir en Nosotros. Por la fe en ti, se abren a la esperanza en nuestras promesas. Por la fe en Ti, empiezan a vivir movidos por el Amor que somos y empiezan a reflejar tu Rostro. Y cuando reflejan tu Rostro, testimonian que están unidos a Mi y que Elohim es quien los mueve. Ahora es posible que vivan, porque tú has abierto el Camino.

Ahora, cuando se miren unos a otros, con solo que uno de ellos esté atravesado de Ti, derramaremos por ellas y ellos,sobre el mundo, esta mirada de bendición que prolonga la tuya. Ahora, cuando miren a uno de aquellos y aquellas que viven unidos a Nosotros, verán en ellos algo de Ti, que les hará odiarlos o adherirse a ellos. Los odiarán o los amarán, no por lo que hay en ellos, sino según te amen o te odien a Ti. Porque Tú habitarás en ellos, y Yo mismo habitaré en ellos. Y sabrán que nuestra delicia es habitar con los hijos de los hombres. Cuando esto se dé, la tierra será mi Reino, la vida será anticipo –aunque con persecuciones– de la Vida en plenitud.

(habla Elohim)

… una Vida que ya no será solo ese oscuro anhelo de plenitud que todos los seres humanos sienten en algún momento de la vida. Una vida que comienza a ser, por Ti, en Ti, Contigo y para Ti, otra cosa: relación amorosa que partiendo de la vinculación contigo, y por eso arraigada en Nosotros, se lanza a amar la realidad como Tú la has amado, se entrega y bendice como tú te has entregado, y toma tantas formas como la realidad es, pues en cada una de sus formas toma forma nuestro Amor. Veo ya, al pasar de los siglos, las formas infinitas que ese amor irá tomando, las formas que recrearé para mostrar a estas criaturas nuestras, ¡ahora hijos en Ti!, que estamos en comunión con ellos, que Dios es para ellos Padre, Hermano, Amor. Se lo mostraré en los hechos de la historia, en “guiños” inesperados que les harán ver que Estamos con ellos, y en los diminutos momentos cotidianos, donde sonreiré, apaciguaré, tenderé una mano o daré un empujón, según sea preciso; me presentaré como Fuego o como Brisa, como luz en el espíritu, respuesta de amigo o de enemigo; me presentaré en forma de paro o de lotería, en forma de liberación de los bienes, de abundancia y de penuria; los iluminaré desde las puestas de sol y desde la inmensidad de los seres creados, pequeños y grandes: los raros como los comunes, los salvajes y los apacibles; desde la enfermedad y desde la salud, desde la geometría perfecta que conforma el cosmos y desde eso que llamarán “casualidad”; les enseñaré cómo reconocerme en medio de la vida y en su propio corazón; les enseñaré a orar, más aún, oraré en su interior con nuestra Voz y nuestra Música… haré, diré, seré, crearé, recrearé, recompondré, enseñaré, iluminaré, sanaré, promoveré… a lo largo de toda la tierra, a través de todas las épocas… haré todas las cosas nuevas, para que conozcan al Dios verdadero y a Jesucristo, su Enviado. A partir de Pentecostés, mi Espíritu recreará toda la tierra.

 

(habla María)

Una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y coronada de doce estrellas… una mujer embellecida con todos los dones de la creación, hecha capaz de recibir en sí al sol, a la luna y a las estrellas, creadas para ensalzar su belleza. Dios lo ha creado todo para nosotros, y le honramos al acoger todo lo que nos da, que nos embellece glorificándole a Él.

Y es que así como me adorno con las obras más bellas de la creación para que sirvan a la belleza con que los humanos hemos sido creados, reflejo mi ser criatura al valerme de ellas, porque nuestra belleza refleja la Belleza del Creador, que nos llamó a reflejar su Unidad.

La imagen de mí que contemplas hace visible la armonía y la comunión con todo lo creado, ¿lo ves? Pues esta belleza resplandeciente es, en lo invisible, morada trinitaria. El Padre me creó y me llamó a ser Madre de todos los creyentes, el Espíritu realizó en Mí esta obra divina y me poseyó para siempre, el Hijo habitó en mis entrañas y me fue conformando a su Imagen. Su Amor resplandece y brilla en la luminosidad y la victoria que me habita, y es causa de todo lo que ves en mí.

En mí contemplas lo que Dios quiere hacer en cada uno de los seres humanos que ha creado para la comunión con Él. En mí contemplas la obra acabada del amor de Dios. Como Madre, vivo para ayudaros a consentir en la obra de salvación que es la causa por la que el Padre os ha creado, por la que el Hijo ha vencido a la muerte y te ha traído la vida, por la que el Espíritu de Dios trabaja en todo tiempo: para que viváis unidos a Dios y entre vosotros, como hermanos.

 

(habla Jesús)

Abbá, ahora ellos pueden llamarte Padre. Abbá, ahora pueden vivir como hermanos. Abbá, ahora saben que vengo de ti y pueden, por la fe, volverse a Ti al encontrarse conmigo. Abbá, ahora soy para siempre su Hermano, el que les anima en sus denuncias que soliviantan al mundo, en sus dolores por desgarradores que sean, el que les consuela en la oscuridad y en la adversidad, el que les anima a seguir, el que les levanta cuando caen. Les has dado mi Espíritu, a Elohim, para que vaya modelando mi Rostro en ellos. Cuando los miras, me ves a Mí, y los amas como a mí. Elohim, cuando los mira, ve qué les falta para parecerse a Mí, y modela su espíritu, su mente, su cuerpo, sus afectos, para que vayan reflejando ese destello mío que cada mujer es, que cada hombre es. Y ellos, al reconocerlo, empiezan a vivir gozosos y reconocen: “¡¡para esto había sido creada, creado!!”. Ellos se fijan en la Muerte y la Resurrección como Hechos, y tardan mucho tiempo en descubrir que la Pasión, la Muerte, la Resurrección y Pentecostés son la Vida, y no solo momentos. Son potencia de Vida, que alberga en sí el Camino, la Verdad, y la Vida. No algo que “celebrar”, sino una verdad en la cual vivir, desde la cual vivir. Elohim se lo enseñará todo, será su Luz y su Consuelo.

Al final, sabrán cuánto los amamos, sabrán que vivimos, y somos, amándolos.

Este texto ha sido publicado en Una fe que escandaliza y seduce (Sal Terrae, 2019) con el título “Diálogo trinitario” en las pp. 279-296. Lo transcribo aquí con permiso de la editorial Sal Terrae.

¡¡¡FELIZ PASCUA A TODA LA TIERRA!!!

Puedes descargarte el audio aquí.

Imagen: Thomas Serer, Unsplash

2 comentarios en “Domingo de Resurrección. Año C”

  1. Me ha salido del corazón felicitar hoy a María por el triunfo del Hijo, renacido del Padre y vuelto a donde había salido, pero revestido de nuestra humanidad.
    “María, ves cumplido hasta el final tu Sí y la fidelidad de Dios ,en el que pusiste tu corazón y tu vida. Ahora tu, gozo es inmenso, Tu Hijo es también tu Señor y el Hijo de Dios. Ahora tienes otra misión… me imagino el Magnificat que sale de su corazón en este día de Resurrección y de luz. Eres increíble y hermosa, Ahora velas para que tu alegría sea nuestra alegría, tu paz nuestra paz, tu limpieza de corazón sea también nuestra”.

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