Si estás leyendo este blog, seguramente sabes que la oración es importante. Posiblemente, sabes también algunas cosas sobre la oración: a qué llamamos oración, por qué se recomienda tanto y algunas otras cosas relacionadas con ella. Pero puede que también te suceda que, como nos pasa con otras cosas buenas, el saber qué son no garantiza que las vivamos. Tenemos la extraña costumbre de saber algunas cosas, recomendarlas a otros incluso, y no vivirlas. Con la oración nos pasa (como con algunas otras de esas cosas buenas que valoramos, que recomendamos y no vivimos) que no acabamos de encontrar la puerta de entrada a ese mundo deseable: esa puerta de entrada que se te abriría a partir de encontrar un tiempo para rezar, esa puerta de entrada que requiere que quites tus ideas acerca de lo que la oración es o debería ser y que te permitas, ante Dios, ser quien eres. ¿Por qué digo lo de la “puerta de entrada”? Porque a menudo intentamos orar haciendo lo que nos han dicho que hagamos, diciendo lo que nos han dicho que digamos, pero lo hacemos y decimos como palabras prestadas que no nos permiten encontrarnos a nosotros mismos ante Dios.
Hay muchos obstáculos que debemos remover antes de orar en verdad. Por eso, en estas entradas vamos a venir a algunas cosas que dice el Nuevo Testamento sobre la oración (¡dice muchísimas más!), con la intención de que estas palabras de Jesús que vienen a iluminar nuestra vida, te sirvan para encontrar un modo de relacionarte con Dios que sea la música de tu vida, y dé el tono a todo lo demás.
La semana pasada veíamos cómo hemos de dirigirnos a Dios. Hoy nos vamos a fijar en uno de los modos como Dios se dirige a nosotros a través de la Palabra que ha pronunciado. Dios se dirige a nosotros de muchos modos: a través de las circunstancias, de la naturaleza, de las otras personas o hablándonos en nuestro interior. Su Palabra es también un modo como se dirige a nosotros, y en concreto, un modo a través del cual nos enseña cómo interpretar todos esos otros modos como nos habla. Por eso tiene tanta importancia aprender a escuchar la Palabra de Dios, guardarla en nuestro corazón e ir conociendo así a Dios que se dirige a nosotros por su Palabra, a nosotros que hemos sido creados por él y somos capaces de escuchar su Palabra, acogerla y darle respuesta.
Hoy venimos a otra pequeña perícopa de la segunda carta a Timoteo (2 Tim, 3, 16): Toda la Escritura ha sido inspirada por Dios para enseñar, para persuadir, para reprender, para educar en la rectitud, de tal manera que a través de la Palabra, vamos a ir descubriendo cuál es el modo como Dios mira la vida.
Así se ve más claro cómo Dios, al dejarnos su Palabra en la Biblia y por todas partes, sale a nuestro encuentro del modo que los humanos entendemos -en el diálogo que suscita encuentro, relación, confianza, intimidad, orientación, enseñanza y zarandeo cuando hace falta, como dice esta perícopa-, y por la Palabra que nos dirige suscita en nosotras, en nosotros una respuesta.
Es lo que estamos haciendo ahora mismo, con esta entrada. Estamos buscando referencias del Nuevo Testamento que nos ayuden a orar, y cada una de ellas nos dice algo de lo que Dios ha dicho en relación a la oración, y en ese diálogo que Dios inicia se nos da la posibilidad de darle una respuesta, y así ya estaremos empezando ese diálogo con Dios que es la oración.
La Escritura, nos dice el autor de la segunda carta a Timoteo (que es un discípulo de Pablo de Tarso), ha sido inspirada por Dios para enseñar, para persuadir, para reprender, para educar en la rectitud. ¿Quieres hacer una prueba para ver si esto es así? Abre algún evangelio, alguna carta o libro del Nuevo Testamento o del Antiguo Testamento, pide luz al Espíritu y escucha qué es lo que la Escritura te viene a decir. Y si no lo entiendes, no lo deseches: pregunta a alguien que sepa más que tú, o júntate con otros creyentes para descifrar juntos esa Palabra que trae, sin duda, vida.
El documento Aprendizajes vitales. Relación con Dios, que te puedes descargar aquí, te ayudará a hacer este recorrido.
Imagen: Sixteen Miles Out, Unsplash